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Los círculos de lectura virtuales, el regalo de la pandemia.

El concepto de “Círculo de lectura” es sumamente popular en las comunidades literarias de México y Latinoamérica, pues son espacios de diálogo y libre expresión que giran alrededor de una lectura previamente seleccionada por el organizador o grupo, donde se comparten opiniones, experiencias y conocimiento dependiendo la temática de la obra a analizar.


Por lo regular estas charlas se llevan a cabo en lugares específicos con las condiciones físicas adecuadas para que el grupo se involucre en la dinámica. Puede ser un salón, un café, un centro cultural, etc. Sin embargo, tras la pandemia por el COVID 19 estas actividades tuvieron que ser suspendidas donde las comunidades literarias se vieron en la necesidad de modificar completamente su dinámica y adaptarla a un espacio virtual, que para ese entonces resultaba ser novedoso para muchos.




Un claro ejemplo es el proceso que vivió Virgulilla, una organización sin fines de lucro que se dedica a promover actividades culturales relacionadas con la literatura en la Ciudad de México. Antes de iniciar con el confinamiento ya tenían aproximadamente 10 círculos de lectura presenciales y varios acuerdos con establecimientos privados para ocupar su espacio y realizar en sus instalaciones las reuniones. Pero vaya sorpresa, llegó el COVID y todos a casa.


Esto significó un reto para Omar Jesús García, coordinador del colectivo; pues tras casi 10 años realizando actividades presenciales tuvo que estructurar una modalidad virtual muy alejada del concepto tradicional al que ya estaban acostumbrados. Ante tal situación, Omar vio una fabulosa área de oportunidad y comenzó a convocar voluntarios de todas partes de Latinoamérica para que se unieran a las actividades virtuales y crearan sus propios círculos de lectura sin importar que no radicaran en la ciudad de México. Tras ello el nombre de Virgulilla comenzó a expandirse en diferentes regiones de México y el mundo como lo es Monterrey, León, Tijuana, Guadalajara, Toluca, Bogotá, Lima, Montreal, etc.


Para Omar los Círculos de lectura virtuales “son una maravilla en varios sentidos, tiene sus pros y sus contras, uno de los pros es que se rompe todo el tema del territorio, hay un proceso de desterritorialización donde podemos contactar a personas de varios lugares […] es una parte muy padre porque nos permite contactar con personas de sitios muy lejanos”.



Lo que al principio pudo ser un dolor de cabeza para los organizadores de estas reuniones ahora se ha convertido en una fortaleza, ya que en cada sesión pueden entrar personas de cualquier parte del mundo; esto no solo hace que conozcas diferentes puntos de vista, sino que te acerques a contextos sociales completamente diferentes al que estás acostumbrado, lo cual enriquece bastante las charlas pues el comentario que hace una persona de Perú respecto a una obra de Tolstói, cambia mucho al que hace un integrante del norte de México. Es ahí donde está la magia de los círculos de lectura y el proceso de interculturalidad que se vive en cada charla.


"He encontrado en los círculos de lectura virtuales una oportunidad para compartir mi gusto por la lectura con otras personas. En estos se puede discutir, dar aportes, dar los puntos de vista, compartir experiencias y conocer sobre la cultura de otros países. El último punto resulta enriquecedor para cualquier persona porque departiendo con personas de países diferentes al propio, se aprende sobre la cultura del país, sobre cómo se vive desde dentro los diferentes temas de la vida".

Nos comenta Mildred Niño, escritora colombiana que radica en Canadá y que sin importar su ubicación geográfica participa en actividades literarias para comentar respectivas lecturas con gente de otras partes de mundo. “Los recomiendo”, asegura la autora de Virus Mortal.













Podrás creer que esto es algo muy nerd, un grupo de personas hablando de libros y autores que ya murieron…pero no es así, o solo un poquito. El caso interesante es que las reuniones te llevan a profundizar en muchas situaciones sociales e inclusive personales. El club o círculo de lectura es un “espacio importante para que cada persona pueda expresar lo que piensa. En un espacio de confianza, no solo se trata de racionalizar el libro, sino de trabajar en la parte racional y cognitiva, hacer que esto sea contingente y llegue a las personas", nos dice Omar.



Las temáticas de las lecturas siempre son variadas y dependen de los intereses del grupo. Por ejemplo, Roberto Vidal pertenece a un club literario virtual que se enfoca en leer cuentos donde cada sesión se analizan autores con nacionalidad diferente.

Las reuniones trascurren propiciando un dialogo cordial, nutrido y variado, no solo por la edad, sino por género, profesión y nacionalidad, si a esto sumamos la correcta selección de títulos que van desde los escritores latinoamericanos, pasando por los europeos o asiáticos, hasta llegar a los africanos, la fórmula es perfecta. Lo recomendaría ampliamente a quienes tiene el deseo de transmitir, nutrir y absorber su conocimiento sobre literatura y de paso, poder hacer amigos en el proceso”, comenta Roberto, quien se siente sumamente satisfecho con este tipo de dinámicas virtuales.



Sin duda la pandemia fue fundamental para que la literatura experimentara un cambio en muchos sentidos; y la manera en que los lectores se relacionan entre sí y comparten su gusto por leer no fue una excepción, ya que los círculos de lectura virtuales han cobrado tanta fuerza que cada vez son más las personas que deciden unirse a uno.

En estos espacios aprendes, te diviertes, nutres tu acervo cultural y lo más importante creas lazos de amistad con personas que están a cientos de kilómetros de distancia.


¿Ya perteneces a algún club de lectura?


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